Es una reacción común de los titulares de la oficina de farmacia,  la “sorpresa” al ver el Resultado del ejercicio que aparece en su Cuenta de Resultados.

Preguntas como “¿dónde está ese beneficio?” o “¿lo que le pago a la Agencia Tributaria no es un gasto?”,  son muy  frecuentes a la hora de ver los números de la oficina de farmacia.

Estas dudas surgen principalmente por la confusión lógica que se tiene entre lo que es el Resultado Económico de la oficina de farmacia y la liquidez que realmente le llega al farmacéutico.

Si analizamos de forma muy simple y esquemática las partidas que incluimos en nuestra Cuenta de Resultados vemos que reflejamos en ella los siguientes conceptos:

  • Cifra de negocios: Ingresos obtenidos propios de la actividad farmacéutica
  • Aprovisionamientos: Compras consumidas (stock inicial + compras realizadas en el ejercicio – stock final). Siempre a fecha de factura, independientemente de la fecha de pago
  • Gastos de personal: salario bruto, gastos de seguridad social y cuotas de autónomos
  • Otros gastos: alquiler, teléfono, electricidad, limpieza, asesoría, seguros, IBI, IAE, etc.
  • Amortizaciones: pérdida de valor de los activos por el paso del tiempo
  • Ingresos y gastos financieros: Intereses deudores y acreedores de cuentas bancarias, préstamos, pólizas bancarias, etc.
  • Ingresos y gastos extraordinarios: Obtenidos por operaciones que no son propias de la actividad normal de la oficina de farmacia y que no tienen carácter financiero.

Se puede realizar un análisis posterior a la obtención del resultado del ejercicio, si el titular de la oficina de farmacia quiere “aproximar” este resultado al beneficio líquido o neto que ha obtenido.

Y no podemos perder de vista el hecho de que al ser los farmacéuticos, personas físicas, este beneficio neto siempre se va a ver muy afectado por su situación personal y por la mayor o menor separación que tenga de sus pagos de la actividad y sus pagos personales.

Este análisis posterior se puede iniciar sumándole al resultado del ejercicio la partida de amortizaciones y restándole el capital de las distintas financiaciones que tenga la oficina de farmacia.

Inversión en la farmacia

Debemos recordar que toda inversión que realicemos en la oficina de farmacia no irá incluida como un gasto en el momento de realizar la inversión, sino que las normas mercantiles y fiscales nos obligan a ir incluyéndolo en varios ejercicios económicos en función del tipo de inversión, ajustándonos a las tablas de amortización establecidas.

Si al adquirir los distintos inmovilizados hemos tenido en cuenta acompasar las amortizaciones de capital o los pagos del inmovilizado con las tablas de amortización establecidas, esta partida no nos va a producir diferencias entre resultado y liquidez, pero si no hemos tenido en cuenta esto en la adquisición de los inmovilizados sí que podemos encontrar aquí diferencias significativas.

Gasto en Stock

Otra consideración en este análisis para acercar resultado y liquidez es el tema del stock en la farmacia. Un stock muy elevado, supone que  va a significarnos tener en nuestras estanterías un dinero estancado y, por el contrario, una deuda elevada con nuestros proveedores puede darnos la sensación de una “falsa liquidez” puntual, que si no somos conscientes de ella nos puede acarrear problemas de liquidez futuros.

Pago de impuestos

Podemos continuar el análisis teniendo en cuenta el pago de los distintos impuestos de la farmacia, hay algunos que sí se incluyen como gasto en la cuenta de resultados y otros que no por su carácter personal.

Los impuestos de carácter no estatal como IBI, IAE o las distintas tasas municipales sí se incluyen como gasto en la cuenta de resultados.

Los impuestos de retenciones a trabajadores, alquileres o profesionales también están incluidos de forma indirecta en nuestra cuenta de resultados, ya que lo único que suponen es un pago a la Agencia Tributaria en nombre de nuestros trabajadores, arrendadores o profesionales que nos prestan un servicio.

Para entenderlo de forma simple, si no hiciéramos ese pago a la Agencia Tributaria tendríamos que hacerlo a nuestros trabajadores, arrendadores o profesionales que nos prestan un servicio.

Siguiendo con los impuestos de carácter estatal, para acercarnos a nuestro beneficio líquido o neto podemos restar los pagos fraccionados hechos durante el año (Modelos 130 trimestrales) y el pago de la declaración de la renta.

Siempre sin perder de vista que en la declaración de la renta influye nuestra situación personal y los ingresos y gastos que obtengamos por nuestro patrimonio personal o por inversiones totalmente ajenas a la actividad de la farmacia en sí.

Como especialistas en asesoramiento fiscal de farmacias podemos ayudarle a gestionar su patrimonio de forma eficiente.

Retribución mensual del titular

Para finalizar, si el titular de la oficina de farmacia opta por asignarse una retribución mensual, dicha retribución tampoco va a estar reflejada como gasto en la cuenta de resultados, por lo que podemos restar dicha retribución del resultado del ejercicio, y así acercarnos a la liquidez excedente obtenida en la oficina de farmacia.

Todo este análisis nos permite ver las enormes diferencias existentes entre el rendimiento del ejercicio reflejado en la cuenta de resultados y el beneficio líquido que percibe realmente el titular de la oficina de farmacia.

Por ello, a pesar de tener en cuenta las consideraciones indicadas previamente para poder acercar estos dos conceptos, es tremendamente importante para el titular de la oficina de farmacia, y nuestra recomendación, tener un calendario de pagos para no encontrarse en momentos de falta de liquidez a pesar de que su cuenta de resultados refleje un rendimiento elevado.

Esperamos haberos ayudado a entender un poco más los conceptos económicos de vuestra oficina de farmacia y, como siempre, recordaros que todo el despacho estamos a vuestra disposición para acompañaros y ayudaros en la gestión de vuestra farmacia.

 

Eva Sánchez Oña.

Dpto. Fiscal y Contable J&D Consulting.